sábado, 10 de abril de 2010

Un genocidio por el oro, después de la "Conquista del Desierto"

por Mario Rabey


La imagen muestra a Julio Popper cazando indios Onas (Selknam) en Tierra del Fuego.

La foto forma parte de un álbum que Popper obsequió al presidente argentino Juárez Celman. Martin Gusinde relata cómo los cazadores «enviaban los cráneos de los indios asesinados al Museo Antropológico de Londres, que pagaba ocho libras por cabeza».

Las expediciones mineras fueron las responsables de gran parte de las muertes por acción directa en contra de los Selk'nam.

Entre las expediciones más conocidas, están las conformandas por Julius Popper, quien para actuar libremente en un territorio poblado, persiguió a los selk'nam, a los cuales mataba y robaba. Con los objetos robados a sus víctimas, formó su propia colección de objetos, que exhibió en un álbum fotográfico, incluyendo en ella una secuencia completa de un ataque perpetrado por él y su contingente de mercenarios con armas de fuego, hacia tolderías indígenas.

En este contexto, ocurrió la masacre de la playa de San Sebastián, en noviembre de 1886, en la que el comandante Ramón Lista, al frente de un grupo de marinos, atacó una toldería Selknam provocando la muerte de 27 de ellos.


Los Selknam, los pobladores de las planicies de Tierra del Fuego, fueron casi completamente eliminados. Un pueblo, su gente, su cultura. Inmediatamente después de la "Conquista del Desierto". Un "Desierto" que estaba habitado por pueblos, gente, culturas.

Un "Desierto" donde se vivía, se dormía, se cazaba y recolectaba, se cocinaba, se comía, se hacía el amor y se hacían fiestas.

Un Desierto sin Civilización.