domingo, 16 de septiembre de 2012

Howard Zinn: La otra historia de Estados Unidos (libro para descargar)


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Frente a la concepción que entraña el título que Kissinger dio a un libro: “La historia es la memoria de los estados”, Howard Zinn declara: “Mi punto de vista, al contar la historia de los EEUU, es diferente: no debemos aceptar la memoria de los estados como cosa propia. Las naciones no son comunidades y nunca lo fueron. La historia de cualquier país, si se presenta como si fuera la de una familia, disimula terribles conflictos de intereses (algo explosivo, casi siempre reprimido) entre conquistadores y conquistados, amos y esclavos, capitalistas y trabajadores, dominadores y dominados por razones de raza y sexo. Y en un mundo de conflictos, en un mundo de víctimas y verdugos, la tarea de la gente pensante debe ser –como sugirió Albert Camus- no situarse en el bando de los verdugos”.

Howard Zinn nos trae, como él mismo dice, la historia vista por los arawaks, por los esclavos, por los cherokees, por los desertores, por las obreras y los obreros, por los cubanos de la guerra de Cuba, por los soldados rasos filipinos, por los socialistas, por los pacifistas, por los negros de Harlem, por los peones de Latinoamérica. Si usted quiere saber lo que pasó y pasa en la Historia de Estados Unidos escuche el grito de los pobres, viene a decir, y es que un poco más allá, en el libro entero, se oye como una alarma la voz de los que no han tenido voz, Howard Zinn expurgan documentos, trae declaraciones, hace transparente la motivación de los cambios y EEUU aparece tal cual es.

Ramón Pedregal Casanova – Rebelión.org
(nota completa en La Historia del Día)

sábado, 15 de septiembre de 2012

1976 - 16 de septiembre


Los lápices siguen escribiendo

Por Rubén Furman

La foto fue sacada en 1973 y corresponde a la 2º 4ta. del Colegio Nacional de La Plata. Hay chicas que ríen con el pelo suelto, y pibes de pelo largo con pantalones de bota ancha.

El cuarto desde la derecha, parado, con los brazos cruzados y serio, es Claudio de Acha, hijo de una familia de trabajadores de izquierda, humildes pero instruidos.

En esa imagen aun falta un año para que Claudio, después de la muerte de Perón, decida ingresar a la peronista Unión de Estudiantes Secundario. Lo transporta una ola incontenible que augura el cambio social, una patria para todos, la revolución. Y todavía faltan tres para que ese negrito ruloso, estudiante mediano pero gran lector, sea robado de su casa la Noche de los Lápices.

Su nombre está escrito hoy en una placa de mármol blanco ubicada en un pasillo junto a los de otros 94 alumnos y profesores, pero fotos con historias parecidas se guardan en muchos colegios del país.

En ellas hay pibes de esa generación que maduró en la resistencia a otra dictadura inquisitorial y que creyeron que el regreso del líder proscripto marcaría el fin de todas las proscripciones.

"Claudia no necesitaba el boleto estudiantil barato, porque nosotros no teníamos problemas económicos y ella vivía a dos cuadras de la escuela. Se metió en esa lucha por solidaridad", contó alguna vez Nelva Falcone con algo de candidez.

Es que ella, María Clara, Horacio, Panchito, Daniel y Claudio, y todos los que no están en esta foto pero si en otras, tenían algo común. Eran chicos comprometidos con su tiempo para los que nada de lo humano les fue ajeno.

Los pibes de otra generación les rindieron su homenaje al proclamar: "Vano intento el de la Noche: los lápices siguen escribiendo".

jueves, 13 de septiembre de 2012

Día del Bibliotecario

Maestro Luis Alberto Spinetta

Escribe:
Guillermo Di Fini, Bibliotecario de la Escuela "Monte Castro" de la Ciudad de Buenos Aires, separado de sus funciones por practicar la libertad de expresión

SOMOS EL MAESTRO COLECTIVO EN DEFENSA DE LA ESCUELA PÚBLICA!

Sí soy bibliotecario

Y soy de la última camada de maestros bibliotecarios.

Y en este momento tan especial, me aflora más el maestro que el bibliotecario. ¿Pero saben que? Ya no importa, no importa el lugar o cargo que o
cupemos, porque emulando el mensaje del “Eternauta” - y valga la paradoja - donde el héroe es el héroe colectivo, donde la lucha se da en grupo, en la Escuela 3 de Monte Castro, dimos una muestra cabal de unidad, como comunidad educativa: directivos, maestras, bibliotecarios, auxiliares, padres, alumnos y vecinos, en lucha grupal, ante las políticas neoliberales del Gobierno de la Ciudad.

Por la democracia, la libertad de expresión y la educación pública.
 
Quisieron silenciarnos, utilizando la metodología del miedo, como resabio de la dictadura, para disciplinar a la docencia en general, pero lo único que consiguieron fue multiplicar las voces, las manos y los corazones en defensa de la escuela pública.

Y ahora más que nunca, con el respaldo de todos ustedes, SOMOS EL MAESTRO COLECTIVO EN DEFENSA DE LA ESCUELA PÚBLICA!!!

Gracias, por el apoyo, el cariño y la solidaridad.

Publicado en QUEREMOS QUE VUELVAN, un grupo Facebookque se formó para pedir que los docentes injustamente separados de la Esc 3 DE 18 "Monte Castro" sean restituidos en sus cargos.Creado hace una semana, ya somos casi 20.000 integrantes. Sumate.



lunes, 10 de septiembre de 2012

Santiago de Chile bajo las bombas asesinas


La Moneda (Palacio Presidencial) bombardeado
Once de setiembre de 1973

Graciela Taddey

Eran las primeras horas de una mañana clara.

Salí del edificio alto donde vivíamos tantos y tantos refugiados políticos en Chile. El lugar se llamaba Torres de la Remodelación San Borja y está aún casi en el centro de la ciudad. A un costado estaba un viejo mercado (estará todavía? quién sabe... todo cambió mucho después de aquellos años). Fui al mercado a comprar algo para nuestro desayuno. No me detuve a escuchar lo que la gente hablaba entre murmullos, pero había una atmósfera rara entre la gente.

Cuando crucé el amplio espacio abierto (porque las Torres en los años 70 eran toda una avanzada arquitectónica dentro de una ciudad esencialmente chata, un poco polvorienta, bastante diferente all Río de la Plata). No llegué a entrar cuando vi sobre mi cabeza un avión; no un avión en el cielo... (desde entonces cuando quiero referirme a una situación que debe preocuparme suelo decir "El peligro está cuando uno le ve la cara al aviador", el que ordenaba la ruta para lanzar la bomba). Esa fue (es aún hoy) mi sensación: un poderoso avión militar volando a tan poca altura sobre mi (muestras) cabezas que podría haber visto los ojos de los asesinos.

Cuando el avión salía del radio de mi (nuestras) miradas, se oía en el aire claro de Santiago el sonido de las bombas estallando. Sonido. Bombas. Santiago. Mañana. Mitad de setiembre. (Una semana antes habíamos estado en la manifestación que festejaba el aniversario de la asunción al gobierno de la Unidad Popular.)

Volvía a ver al avión (volvíamos) tan bajo entre las torres. Y de nuevo el maldito salía de mi radio y otra vez el sonido de las bombas. Dónde? No lo sabíamos. Quién iba a imaginar tanto desastre? Las elecciones parlamentarias, que ganara la izquierda cuando ya la derecha hambreaba a los chilenos, habían sido el aviso de que había llegado a su fin la lucha política y empezaba el gesto duro de la fuerza. Cuántos habían hecho este razonamiento? No lo sé.

Con prisa, después de vivir dos o tres veces la sensación imborrable del avión y las bombas, me precipité en nuestro apartamento. "Poné la radio", le grité a alguno de los compañeros con los que convivía.

Entonces yo (nosotros) escuché (escuchamos) las notables palabras del compañero presidente. "Yo sé que más temprano que tarde el hombre libre caminará por las amplias alamedas". No cito de memora. Cito (citamos) con el corazón en llamas.

Después llegó el horrible tiempo de los toques de queda... No exagero ni un ápice al contar que cuando empezaba cada tarde el toque de queda, no podíamos hablar dentro del apartamento, debido al sonido de las balas de la tan heroica como poco mencionada resistencia. No nos oíamos.

Aquellos hombres y mujeres tenían por consigna (lo supimos después): "Dos por uno", es decir morir después de haber bajado a dos enemigos.

Me hubiera querido (hubiéramos querido) sumarnos a la resistencia. Pero nos aconsejaron que no lo hiciéramos... "Con ese acento del Río de la Plata ustedes queman."

Y después la embajada argentina en Chile, pero esa es otra historia.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Free Pussy Riot


Punk not dead
 
por Agustin Carucha

Provocadoras como los Sex Pistols, auténticas como los Clash y con el espíritu femenino de Patti Smith, la reciente condena a prisión por dos años, por parte de un tribunal, al grupo punk ruso Pussy Riot -que nada tiene que envidiarle a los viejos procesos de Moscú de los años '30-, ha transformado a esta banda en el ícono de la lucha contra la censura en Rusia del gobierno del ex agente de la KGB, Vladimir Putin.

Secas, austeras, soviéticas

Formadas en el proceso de movilizaciones contra el fraude electoral de Putin -septiembre de 2011-, con la "urgencia" que históricamente caracterizó al punk rock, las Pussy Riot nacen como parte de un movimiento de jóvenes artistas que a través del arte de performance denuncian la sistemática censura en Rusia. Desde protestas callejeras, bromas a policías y burlas a los símbolos del poder político y eclesiástico, estos grupos de arte callejero -entre los que se destaca Voina- han sido el canal de expresión para los miles de jóvenes rusos frente al régimen policial de Putin.

Con un sonido crudo, directo y sin muchos matices, entre las influencias musicales de Pussy Riot se encuentran a bandas del estilo "Punk Oi!" o "Street Punk" -como los Sham 69, Uk Subs y Cockney Rejects- y otras más ligadas al grunge de los '90, como las L7. Como definiera Serafima -seudónimo utilizado por una de los más de diez integrantes de este colectivo- a un medio español en marzo de este año: "...en ese momento nos dimos cuenta de que este país necesitaba un grupo militante, punk y feminista que se moviera por calles y plazas, movilizando toda la energía pública acumulada contra los corruptos malvados de la junta de Putin. Y enriquecer así la oposición cultural y política rusas con temas que nos importan; los derechos de la mujer y de gays, lesbianas y transexuales, así como denunciar la ausencia de un mensaje político valiente en las escenas de música y arte, y la dominación masculina en todas las áreas del discurso público...".

Las actuaciones de las Pussy, consideradas como ilegales por el gobierno ruso, se desarrollaron desde micros, estaciones de subterráneos, desfiles de modas, negocios de ropa de alta costura hasta la Plaza Roja, el techo de un centro de detención de Moscú y, la ultima -que terminó generando la detención de tres de sus integrantes-, la actuación en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú.
La importancia simbólica que el gobierno ruso le dio a dicha catedral no sólo pone de manifiesto los entrelazamientos políticos de Putin con el poder eclesiástico de la iglesia ortodoxa rusa -hoy dirigida por patriarcas (Kirill), con pasado de agentes de la KGB como Kirill Gundyaev-, sino que también manifiesta la impostura política que gobiernos de diferentes colores, ONG, grupos financieros, periodistas, la ONU y hasta las mismas burocracias, que pretenden promover la "democratización" por medio de la intervención del clero en la vida política y social de los Estados obreros.

Back in the URSS

La censura del rock en Rusia ha sido, desde los tiempos de la URSS, un aspecto común en la vida social de su juventud. Arrancando en los años '50, con la premisa que "el rock & roll era una perversión vulgar del capitalismo", pasando por la prohibición en las radios de difundir a los Beatles y a los Rolling Stones, el rock ruso estuvo hasta recién entrados en los años '80 en la absoluta clandestinidad. Contando con su primer local de difusión recién en 1981, llamado "Rock-Club de Leningrado", en San Petersburgo, bandas como Kino, Agatha Christie, Secret, Televizor, Pop-mekhanika, Nautilius Pompilius y Aria, varias de estas enroladas en el género de la New Wave, el punk, el synth pop y el heavy metal, difundían la vida cotidiana de la URSS con temas que hacían referencia a la violencia doméstica, al alcoholismo, a la criminalidad, a la rutina mental, al estancamiento en la vida social del país, al rechazo a los dogmas de la doctrina stalinista y, en casos más osados, a un cuestionamiento a los jefes de Estado de los soviets y a los privilegios de pertenecer a las capas aristocráticas de dicha burocracia, enroladas en la llamada Nomenklatura.

Las ilusiones democráticas que más tarde la Perestroika y la restauración capitalista intentaron promover en la segunda mitad de los '80 y de los '90, se terminarían esfumando con el reforzamiento del carácter policial del Estado.

Un caso similar a las Pussy Riot ocurrió en 2003, en Cuba, con la banda -también del genero punk- llamada "Porno para Ricardo". Con una dudosa detención por consumo de drogas, su cantante Gorki Aguila, el cual se ha pronunciado por la liberación de las Pussy, se transformó en una expresión artística del rechazo a la burocracia castrista con temas como "el maleconazo" -que hace referencia a la revuelta popular de la Habana de 1994- y "Leyendo el Pradva", donde fustiga al castrismo con un estribillo que reza "...ni Stalin ni Putin, ni Castro. Ni Chávez ni Hitler [...] políticos, gobernantes, burócratas repugnantes...".

Contradictoriamente a este espíritu libertario, la banda rechaza también cualquier ícono de la revolución cubana de 1959, incluyendo a la imagen más rockeada por miles de jóvenes del mundo: el Che Guevara. Esta contradicción -que una banda de rock que lucha por las libertades democráticas en Cuba rechace una figura que a lo largo de la historia de la juventud ha sido tomada como "liberadora"- se explica por la canonización y por la utilización, por parte de la burocracia castrista, de los héroes de la revolución cubana.

Sin intenciones de desmerecer las expresiones de solidaridad hacia las Pussy Riots que artistas consagrados e, inclusive, parte del Show Bussines -como Madonna, Paul McCartney, Anthony Kiedis (Red Hot Chilli Pepers), Bryan Adams, Sting y Pete Townshend, entre otros- han expresado, la lucha contra la censura al arte y a las libertades democráticas de las masas en Rusia o en Cuba será posible con una tenaz lucha contra el régimen que a nivel internacional censura toda iniciativa creativa mediante la transformación del arte en mercancía: el capitalismo.

Cuando muchos creían que el rock & roll y su poder de convocatoria se limitaban a los megafestivales, estas cinco chicas de Rusia, sin camarines, productoras, managers ni esforzados saludos al público con camisetas de fútbol, han recogido la simpatía movilizadora de miles de jóvenes de todo el mundo con un solo grito de guerra: Free Pussy Riot.